¿Por qué tenemos fiebre?

Cundo la temperatura corporal aumenta, indica que el organismo ha activado el sistema inmunitario y que se encuentra luchando contra una infección. Las reacciones de nuestro cuerpo ante la presencia de virus o bacterias son diversas, y la fiebre es una de ellas.

Entendemos como fiebre cuando la temperatura corporal supera los 38ºC. Sin embargo, a lo largo del día y de forma natural podemos presentar diversas alteraciones en la temperatura de nuestro cuerpo. Por ello, si quieres saber más acerca de este punto en particular, no dudes en consultar nuestro artículo ¿A qué temperatura es fiebre?

Como decíamos, la fiebre en sí misma no es una enfermedad, sino un síntoma que puede venir provocado por diferentes circunstancias, sobre todo en el caso de los pequeños. Pero ¿por qué tenemos fiebre? En los niños, las causas más comunes son:

  • Infecciones: ya sea por virus, bacterias u hongos, la infección es la causa más común para la aparición de fiebre repentina. Para reducir la temperatura, es necesario acudir al médico para que recete un medicamento adecuado si es necesario. Las infecciones por virus pueden durar de 2 a 3 días o incluso un par de semanas, tiempo en el que el cuerpo logra expulsar el virus. En el caso de la infección bacteriana, se necesita siempre supervisión médica.
  • Vacunas: en los niños, la aplicación de vacunas puede propiciar el aumento de temperatura corporal, puesto que con la inyección se suministran pequeñas cantidades de virus o bacterias.
  • Otros: otras causas de la fiebre en niños también pueden ser ciertas enfermedades no infecciosas, golpes de calor o la ingesta de determinados medicamentos, entre otros.

Generalmente, los niños que tienen fiebre se muestran menos activos, más somnolientos y fatigados. A medida que la temperatura corporal varía, pueden presentar temblores, que indican que el organismo está intentando regular la temperatura.

Entre los 6 meses y los 6 años, es recurrente que los niños presenten fiebres moderadas y, aunque no son peligrosas si no se llega a altas temperaturas (alrededor de los 40ºC), es necesario acudir al pediatra para aliviar los síntomas y detectar la causa de su aparición.

Consejos para bajar la fiebre en niños

Si un niño presenta fiebre, se aconseja tomar ciertas medidas a fin de bajar su temperatura corporal hasta alcanzar los niveles normales. En este sentido, se recomienda:

  • Ofrecer líquidos al pequeño: es importante que se mantengan bien hidratados para bajar la fiebre, puedes suministrarle agua, zumos naturales o sopas para garantizar su hidratación.
  • Retira el exceso de ropa: no lo abrigues demasiado, ya que será contraproducente. Además, hará que sude bastante, lo que podría generarle deshidratación.
  • Dale un baño con agua tibia: recuerda que el agua fría está contraindicada, lo adecuado es darle al pequeño un baño tibio para reducir su temperatura corporal y relajarlo.
  • Compresas de agua tibia: coloca en su frente, nuca, axilas o ingles toallas empapadas de agua tibia. Eso le ayudará a regular su temperatura y a que se sienta mejor.

Además de estos cuidados, puedes preguntar al farmacéutico el cual puede recomendarte un medicamento para bajar la fiebre en niños.

Existe la gama de productos de Nurofen Pediátrico, a base de ibuprofeno e indicada para aliviar la fiebre a partir de 3 meses de edad. Para menores de 2 años debes consultar siempre antes con el médico. No administrar en caso de úlcera gastroduodenal. Lee las instrucciones de este medicamento y consulta con el farmacéutico.

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¿Cuándo debo llevar a mi hijo al médico por fiebre?

Si un niño presenta una temperatura corporal elevada, es importante observarlo a fin de ver su evolución y proporcionarle las medidas necesarias para reducirla. Es recomendable acudir lo antes posible al pediatra cuando el niño se encuentre en las siguientes situaciones:

  • Si presenta fiebre cuando tiene menos de 2 años.
  • Si la fiebre supera los 38ºC y llega rápidamente alrededor de los 39.5ºC.
  • Si el niño muestra síntomas como llanto descontrolado, pérdida de apetito, irritación intensa o somnolencia. En algunas ocasiones, el niño puede mostrar síntomas contrarios, como tranquilidad excesiva, falta de actividad o falta de reacciones aparentes.
  • Si el pequeño muestra signos de deshidratación.
  • Si presenta apatía y le cuesta ponerse de pie o caminar.
  • Si le cuesta respirar.
  • Si se presentan manchas o puntos en la piel.
  • Si el pequeño empeora o la fiebre dura más de 2 o 3 días.

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