¿Qué es una contractura muscular?

Se entiende por contractura muscular la contracción que se produce en las fibras de un músculo de forma continuada e involuntaria. La tensión constante a la que se ve sometido el músculo en esta situación es lo que origina el dolor, de mayor o menor grado en función de la afectación. (1)

Una contractura puede originar molestias suficientes como para no poder realizar las actividades habituales con normalidad. Es importante saber identificar las posibles causas para distinguirlas de otras lesiones similares y, de este modo, conocer aspectos a tener en cuenta para poder prevenirlas y poder aliviarlas de manera adecuada.

Tipos de contractura según su origen

Las contracturas musculares se pueden diferenciar en función de su origen. Así, podemos hablar de tres tipos de contracturas, según las situaciones en las que se producen. (1)

  • Durante un esfuerzo: la contractura sucede cuando se está realizando algún ejercicio físico y, por ejemplo, se produce un esfuerzo excesivo, una actividad demasiado intensa. Se puede presentar dolor e inflamación en la zona afectada.
  • Posterior a un esfuerzo: una vez el músculo ha sufrido la contracción, no consigue retornar a su estado de reposo. Por ejemplo, puede suceder al cabo de poco tiempo de terminar una actividad física especialmente intensa, en la cual el músculo ha sido sometido a gran trabajo y ya no consigue recuperar un estado de relajación.
  • Residuales: cuando hay una lesión de grave, para proteger la zona dañada y favorecer que se recupere, la musculatura a su alrededor tiende a contraerse. Aunque la lesión principal se cure, es posible que se mantenga la contractura en estos músculos que la rodean.

Causas de las contracturas musculares

Las causas de las contracturas musculares son múltiples, pero suelen aparecer cuando el músculo hace una actividad inadecuada, ya sea en intensidad o en función. Algunas de las principales causas son:

  • Frío: puede darse este problema por una falta de calentamiento, es decir, por empezar una actividad física en frío, sin preparar nuestro cuerpo para el esfuerzo que le vamos a pedir.
  • Sobreesfuerzo: si de forma repentina aumentamos la intensidad del ejercicio o lo mantenemos por un período prolongado de tiempo sin el adecuado descanso, podemos acabar provocando la contractura. Además, el sobreesfuerzo también puede producirse cuando adoptamos una mala postura de forma continuada.
  • Estrés emocional: el estrés genera tensión en los músculos que se acumula, lo que puede llegar a causar una contractura
  • Deshidratación: quizás se trate de una causa poco conocida, pero lo cierto es que una mala hidratación, o la falta de otros componentes, como el magnesio puede repercutir en el funcionamiento de los músculos, lo que puede facilitar que se contracturen.
  • Edad avanzada: con los años la elasticidad disminuye, lo que conduce a una mayor probabilidad de sufrir este tipo de lesiones al realizar un movimiento o un esfuerzo fuera de lo habitual.

¿Se pueden prevenir las contracturas musculares? 

Tras entender qué son las contracturas musculares y sus posibles causas, conviene saber que algunas se pueden prevenir. Hay que tener en cuenta algunas medidas para evitar que se produzcan como, por ejemplo:

  • Calentar la musculatura antes de iniciar cualquier ejercicio físico.
  • Trabajar la flexibilidad del músculo, lo que mejorará su distensión y recuperación tras el ejercicio.
  • Adoptar posturas correctas, tanto al permanecer sentados como de pie o movilizando cargas. Además, al pasar mucho tiempo sentado es importante tener una buena silla que ayude a cuidar la espalda.
  • Los masajes y la aplicación de calor contribuyen a aliviar las contracturas y también a prevenirlas. (1)

Tratamiento de los síntomas de una contractura muscular

En general, la recomendación ante una contractura muscular es acudir al médico o al fisioterapeuta. Para el tratamiento de los síntomas es posible recurrir a:

  • Masajes: debe realizarlos un profesional. Un masaje logra relajar el músculo y reducir el dolor, gracias a que puede mejorar el flujo sanguíneo en la zona, favoreciendo la recuperación de los tejidos musculares y la eliminación de metabolitos.
  • Aplicación de calor local: logra relajar los músculos y tiene un efecto analgésico en la zona, gracias a lo cual disminuyen las molestias.

También existen en el mercado medicamentos analgésicos sin receta que pueden ayudar a aliviar el dolor causado por las contracturas musculares. Un ejemplo es Nurofen Rapid 400 mg cápsulas blandas que contiene ibuprofeno. En cualquier caso, consulta con tu médico si el dolor no remite en 3 días si se trata de un adolescente o bien, en 5 días cuando se trata de un adulto.