¿Qué es la cefalea tensional?

La cefalea tensional o el dolor de cabeza tensional es uno de los más comunes. Ocasiona molestias que, aunque pueden ser leves o moderadas, pueden ocurrir como episodios aislados, de manera constante o diaria. El paciente puede percibir una presión alrededor de la cabeza, la frente y/o la nuca, que no suele estar acompañada de otros síntomas. Su origen se vincula a situaciones puntuales de estrés y de ansiedad y suele remitir en cuanto la situación está controlada. Debes acudir al médico en caso de que el dolor se intensifique o cronifique o si presentas problemas del habla, la visión, el movimiento o pérdida del equilibrio, vómitos o tienes fiebre muy alta. (1)

Migraña

La migraña es otro de los tipos de dolor de cabeza recurrente. Se caracteriza por una base genética y se manifiesta como dolores moderados o intensos pulsantes o vibrantes que se localizan en toda la cabeza o en una zona. Pueden acompañarse de otros síntomas, como náuseas o sensibilidad a la luz y al sonido. (2)

Las mujeres tienen más posibilidades de sufrir migrañas que los hombres y, además, son más habituales en pacientes con antecedentes familiares de este problema.

Diferencias de la migraña y la cefalea tensional (3)

Intensidad y lugar del dolor de cabeza

Una de las principales diferencias entre la migraña y la cefalea es la gravedad de los episodios de dolor. En la cefalea, este se percibe como una presión general en cabeza, es decir, no se localiza solo en un punto. En cambio, el dolor cuando padeces una migraña es más intenso y viene precedido de signos que pueden advertir de que está a punto de desencadenarse una crisis, como manchas en el campo de visión o visión borrosa. Cuando el dolor empieza es similar al de una cefalea, pero se vuelve mucho más intenso. Se perciben dolores punzantes localizados en uno de los lados de la cabeza que van y vienen. Estos pinchazos pueden ser violentos y dificultan seguir las actividades diarias con normalidad.

Causas

El origen de ambos dolores de cabeza es distinto. La cefalea puede aparecer porque los músculos de la cara, cuello y/o los hombros se tensan, lo que acaba generando el dolor. Además, existen otras causas, como el alcoholismo, el consumo excesivo de cafeína, infecciones como resfriados o gripe, apretar demasiado la mandíbula, la tensión ocular, el tabaquismo, etc.

Por su parte, el origen de las migrañas puede vincularse con mecanismos cerebrales por el momento desconocidos. Se presupone que los nervios se pueden sobrexcitar, lo que provoca que los vasos sanguíneos se dilatan. Esta afectación del tejido circulatorio del cerebro puede hacer que se sientan punciones muy agudas de dolor. Se cree que hay distintas circunstancias que potencian la sobreexcitación de los nervios cerebrales, como cambios hormonales en la menstruación, tabaquismo, consumo de alcohol, abstinencia de cafeína, falta de sueño, luces muy brillantes, comer pocas veces al día, estrés, etc.

Duración de los episodios

En la cefalea, la duración puede variar desde unos 30 minutos hasta, en casos extremos, siete días. Los episodios de migraña duran como mínimo, unas seis horas. En casos más graves, pueden prolongarse hasta dos días, pero, aunque sea menos tiempo que la cefalea tensional, esas 48 horas suponen un auténtico suplicio y un impacto enorme en la vida de la persona afectada.

¿Quién los padece?

Cualquier persona puede sufrir cefaleas, aunque acostumbran a aparecer a partir de la segunda década de vida, siendo las mujeres más propensas a sufrirlas.

En cambio, en la migraña los ataques pueden comenzar desde los 10 años, aunque puede suceder que la persona no lo sufra hasta entrada ya en la cuarta década de su vida. De todos modos, las mujeres pueden tener más migrañas que los hombres.

Tratamiento de la migraña y la cefalea tensional

Las cefaleas pueden evitarse con un cambio en el estilo de vida y tratando las situaciones de riesgo que provocan tensión muscular. Por otro lado, también existen analgésicos, como el ibuprofeno, que alivian los síntomas, al tratarse de medicamentos específicos para aliviar el dolor de la cabeza.

En el caso de las migrañas, el tratamiento es más complicado. Los analgésicos no tienen ningún efecto, por lo que es recomendable cambiar los hábitos de vida, como dormir mejor, perder peso, cuidar la dieta, trabajar para reducir el estrés, etc., para evitar los episodios.

Referencias